Lewis Hine
(Versión en español en los comentarios)
Em tempos de “eterna juventude”, a velhice torna-se algo incómodo: Aumenta-se o tempo possível de trabalho (que cada vez é mais precário ou inexistente), exigindo-se a frescura dos 20 anos, mantendo a todo o custo a sanidade mental e física. Em dia do trabalhador, é importante recordar a dignidade do trabalho, junto com a dignidade do ser humano que tem o seu tempo. Exigir a eterna juventude é transformar a pessoa numa máquina de perfeccionismo ou funcionalismo. A beleza da vida também está na sabedoria dos anos vividos. Hoje recordo algo que muitas vezes se esquece: “E que toda a pessoa coma e beba e desfrute bem no meio das suas fadigas do trabalho, isso é dom de Deus” (Eclesiastes 3,13).
En día del trabajador
ResponderEliminarEn tiempos de “eterna juventud”, la vejez se torna algo incomodo: auméntase el tiempo posible de trabajo (que cada vez es más precario o inexistente), exigiéndose la frescura de los 20 años, manteniendo a toda costa la sanidad mental y física. En día del trabajador, es importante recordar la dignidad del trabajo, junto con la dignidad del ser humano que tiene su tiempo. Exigir la eterna juventud es transformar la persona en una máquina de perfeccionismo o funcionalismo. La belleza de la vida también está en la sabiduría de los años vividos. Hoy recuerdo algo que muchas veces es olvidado: “Y que todo hombre coma y beba y disfrute bien en medio de sus fatigas, eso es don de Dios” (Eclesiastés 3,13).